Su composición alcalina permite disolver fácilmente grasas, aceites, restos de caucho, hollín y suciedad pesada, dejando el suelo limpio y sin residuos.
Dilución recomendada: entre 1:10 y 1:50, según el nivel de suciedad.
Aplicar sobre la superficie, dejar actuar unos minutos y fregar o enjuagar con agua limpia.
No usar sobre aluminio ni superficies sensibles a los álcalis.